domingo, 15 de agosto de 2010


Todo pasa por algo.

Conocer a alguien especial.

Decidir terminar cosas que hace tiempo que terminaron.

Cruzarte con una persona que te sonríe, que nunca habías visto, y justo al día siguiente volver a cruzártela.

Llorar hasta el día que decides dejar de hacerlo.

Encontrar trabajo en otra ciudad más lejos.

A veces no hace falta tomar la decisión de huir, ese sentimiento se te lleva sin pensarlo.

La vida está llena de casualidades, unas buenas, otras menos buenas,
que te hacen modificar el rumbo que tenías pensado para tu vida,
pero todo pasa por algo.

Aprovéchate de las oportunidades que te hacen desviarte de algún camino...

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