miércoles, 27 de octubre de 2010

La desilusión


La desilusión es un sentimiento muy profundo que proviene de haber esperado algo
con la esperanza y seguridad de recibirlo y luego sentir que no lo hemos obtenido.
Cabe destacar que utilizamos la palabra "sentir" debido a que la sensación que se
apodere de nosotros será suficiente para crear el sentimiento, aun en el caso que ésteno coincidiera con la situación real.

Es un sentimiento proveniente de anomalías de la personalidad, pues sólo quien
acumula y deja crecer grandes expectativas en su interior podrá sentirse desilusionado respecto de algo o de alguien en su vida.
La gente suele vivir con sus pensamientos colocados en el pasado o en el futuro, y
pocas veces concentra su mente en el presente, en sus vivencias del día a día,
pudiendo palpar cada hora y disfrutar de las experiencias de cada minuto. Su mente
funciona como una poderosa máquina del tiempo que la lleva a todas partes excepto
donde debe estar.

Cuando la mente nos lleva de paseo al futuro, empieza a crear expectativas y
necesidades a través de los pensamientos. Pero todo futuro va acercándose a nosotros
hasta convertirse en presente. Y si en ese momento las cosas no concuerdan con las
creadas por nuestros pensamientos, nos sentiremos "desilusionados".

Si aprendemos a vivir cada uno de los minutos que continúa al anterior, en nuestras
vidas, poco tiempo deberá transcurrir para que advirtamos que nada perdemos y nada
ganamos en la vida. Tenemos lo que debemos tener. Todo se da como se debe dar. Es entonces cuando podremos crear ambiciones sustentadas en proyectos de acuerdo con nuestros genuinos deseos, pero nunca nos sentiremos desilusionados, pues sabremos comprender que los resultados de nuestras acciones no serán ni más ni menos que los que deban ser.

sábado, 23 de octubre de 2010

"Por tí lo haría mil veces"


- ¿Alguna vez te he mentido?
- ¿Cómo voy a saberlo?
- Preferiría comer tierra.
- ¿De verdad harías eso?
- ¿Hacer qué?
- ¿Comerías tierra si yo te lo dijera?
- Si me lo pidieras lo haría, ¿me pedirías que hiciera algo así?
- ¿Te has vuelto loco? Ya sabes que no.
- Lo sé.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Vidas paralelas


- Tú siempre esperas gestos, yo palabras.
Vivimos en mundos distintos y dentro de poco más aun.
- No digas eso.
- Soy realista. El corazón me resbala por las tuberías de este cuarto, ya no hay forma de sacarlo.
- ¿Te has vuelto poeta?
- No, lo escribiste tú hace unos meses.
- Vámonos de aquí, ¿eh? Vámonos de este lugar que sólo nos mata a recuerdos.
Venga, ayúdame a recoger tus cosas y vámonos.
- Sólo me quiero llevar una cosa. “Báilame el agua”,
¿te acuerdas?
- Como me iba a olvidar.
- ¿Me lo lees? Nunca lo hiciste.
- Son sólo palabras.
- Sabes que eso es lo que necesito.

lunes, 18 de octubre de 2010

De haberlo sabido...

De haberlo sabido
no hubiera dado todo en un principio
no hubiera sido la noche en tu espalda
ni congelándote de frío.
De haberlo sabido
me hubiera ido sin decirte nada
no hubiera sido tan duro contigo
no hubiera habido corazón en la garganta.
Peor que el olvido
fue frenar las ganas de verte otra vez,
peor que el olvido
fue volverte a ver.
Me sobran motivos
pero me faltas tú sobre la cama;
y ahora que las calles están llenas de bandidos
cuando necesito de tu madrugada,
cuando ya te has ido,
cuando me parte en dos de una tajada,
no hubiera dudado en quedarme contigo
de haber sabido que no me esperabas.
Peor que el olvido
fue frenar las ganas de verte otra vez,
peor que el olvido fue volverte a ver.

martes, 12 de octubre de 2010

khalil Gibran

Nacisteis juntos y juntos para siempre.

Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.

Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.

Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.

Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.

Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.

Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.

Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.

Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma música.

Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga.

Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.

Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte.

Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

jueves, 7 de octubre de 2010

Difícil explicar con palabras...Parte I.



-¿Estás muy cansado?
-Un poco, ¿por?
-Podías tocarme un poquito…
-Tú quédate como estás que yo bajo…

Suspira…

Ahma se escurre entre las sábanas, acariciando a su paso la piel sumisa de Lange. Ella siente erizar su piel en este trayecto, hasta llegar a la altura de sus caderas en posición horizontal, al Triángulo del Diablo y Limbo de los Perdidos.
Es en ese punto donde él se dispone a acariciar la parte interna de sus muslos, separándolos levemente para posicionar su cabeza entre ellos.

Lange, que nota el calor que desprenden sus mejillas, se estremece al imaginar los minutos que le esperan…
Siente esa respiración que no llega a tocarle, imagina la humedad del interior de su boca…
Ahma siente esas ansias de placer, imagina la humedad de su interior cuando entren en contacto de forma aparentemente casual…

Ella se estremece inevitablemente…Él disfruta de la espera y de la creciente actitud pasional…

Imaginación e impaciencia, simbiótica conexión.

Y cuando menos lo espera…una explosión de sensaciones surgen del leve contacto de su lengua con su clítoris; Lange hace un intento desesperado, un amago de escapar, mientras Ahma le agarra firmemente las nalgas, apretándolas con sus dedos y eliminando esos resquicios de huída similares a los de un animal en celo…
No puede resistirse, su único deseo es un suave movimiento oscilante…un movimiento que la obliga a permanecer unida a la lengua de Ahma, hasta liberarse de toda vergüenza o tabú, hasta lograr una sensación que nunca había conocido de esta manera…

(Continuará...)

miércoles, 6 de octubre de 2010


También yo tengo miedo. Tengo miedo de los días que vendrán, de no poder resistir, de lo que ya no tengo, de lo que será presa de los vientos...

martes, 5 de octubre de 2010

Unas manos que no llegan a tocarse...señal de un amor eterno nunca consumado.


Estamos en los primeros compases del siglo XIII. En Teruel suenan campanas a boda; es el sonido que recibe a un caballero que, exhausto, llega a la villa por la cuesta de la Andaquilla.

Se trata del popularmente conocido como Diego de Marcilla (Juan Martínez de Marcilla según los textos históricos), que regresa rico y famoso tras tomar parte en múltiples batallas.
Diego (o Juan) está enamorado desde niño de Isabel de Segura con un sentimiento correspondido. Pero mientras que ella es de una familia importante, él es hijo segundo de otra más modesta. Sin embargo, el padre de Isabel accede a darle cinco años de tiempo para enriqueciese, tras los cuales y con este requisito podrá desposar a Isabel.

Corre el año 1.217. El mismo día que cumple el plazo, Diego regresa a Teruel.


Al poco de llegar, es informado de que el ambiente festivo y engalanamiento de la villa se debe a que Isabel de Segura acaba de desposarse. La presión de la familia y un pretendiente muy principal, han acelerado el enlace. Los sentimientos de Diego son contradictorios: cólera, pesar, desazón, rabia... Decide ir al encuentro de su amada, para escuchar de su boca que se ha casado con Pedro Fernández de Azagra, hermano del Señor de Albarracín.

Al día siguiente, las campanas de boda han trocado sus tañidos por los de funeral. Una comitiva triste y silenciosa transporta el cadáver del infortunado amante depositándolo en el templo. Cuando van a comenzar los funerales, sale de entre el gentío una mujer con la cara velada que se acerca al fallecido: es Isabel de Segura. Destocándose, se acerca a su amado para darle el beso negado en vida, lo deposita en sus fríos labios y se desploma muriendo sobre él. La tradición asegura que murieron de amor, por eso fueron enterrados juntos, y juntos han permanecido hasta hoy.