martes, 13 de septiembre de 2016

Despertarme sin despertador.
Con el sabor a ginebra de la noche anterior en la boca.

Domingo.

Ganas de todo. Ganas de ti.
Hacerte renacer cuando acurruco mis nalgas contra ti, 
con un lento vaivén.
Provocarte.
Acabar de despertarme 
cuando guío tu mano hacia mi pecho,
que lo acaricia suave, pero firme.
Y que acaba deslizándose, delicada, ansiosa...
hasta llegar a mis profundidades.
Y se pierde, saboreándome con la yema de los dedos
como si fuera la cosa más dulce.



Dibujo: Alpha Channeling


jueves, 25 de agosto de 2016


Cuando te miro, me sonríen hasta los ojos.
Me elevo
Te admiro
Vuelo

Cuando te toco, me olvido de mi poca cordura.
Respiro hondo para poder verter sobre mí
todo lo que dicen tus poros.

Cuando te beso...
Sólo quiero agarrarte fuerte,
Que no te vayas de aquí,
Sudar contigo.

Y al final,
Justo al final,
Tan sólo quiero que nos miremos a los ojos,
perderme en sus profundidades
y sentir que tú te pierdes en las de mi cuerpo.
Sonreírte,
Respirar al lado de tu cuello,
Y dejarme ganar cayendo agotada sobre ti.

martes, 5 de abril de 2016

TODO

Soy el calor de tu piel desnuda.
Soy tu sonrisa cuando me muevo sobre ti.
Soy tus labios en mi vientre.
Soy todo lo que me impregnas...
Con luces y sombras...
Contigo SOY.

viernes, 11 de marzo de 2016

Diez mil días

Los días pasan lentos,
buscando escondites en las horas
para encontrar refugio en su pecho.

A él se abraza, con fuerza, arañando su coraza,
por ver si puede arrancarla, 
tirarla por la ventana,
y edificar una trinchera
donde se queden dormidos.

Cinco horas al día,
diez mil días.

Por despertar con sus dedos
quemándole cual rayos de sol,
escribiendo palabras en los rincones más heridos.

Lluéveme y hazme llover,
cúrame los ojos para que pueda abrirlos
y no me duelan al ver mi realidad,
y encontrar tu boca.

Muérdeme la vida,
no importa si sangra.
La rociaré después con sal
para así, 
cuando ya no pueda estar a tu abrigo
ni morderme la lengua para no decirte lo que no te crees,
mirar las cicatrices 
de los días en que dejaste la puerta abierta
y me dejabas esconderme en nuestro refugio.

Acaríciame cuando estés lejos,
prométeme volver.

Y en silencio, susurrándote desde mis entrañas,
lo último que pido es que me recuerdes,
como se recuerdan las cosas que te hacen sentir magia.


lunes, 7 de marzo de 2016

Lo de dentro.

Y volvió a vivir.
En el preciso momento
en que sus labios se encontraron.
En el frío, bajo la lluvia, sobre el colchón.
En el preciso instante
en que sus manos
recorrieron su espalda,
su vientre,
su cintura,
sus ingles,
Cada milímetro de piel
volvió a estremecerse.
Como renaciendo de su letargo,
abandonando la escafandra
en la que se sentía presa.
Y allí,
entre sus brazos,
se sintió libre.

domingo, 14 de febrero de 2016

AL ABRIGO

Habían quedado para tomar una/s cerveza/s. Era la primera vez, premeditada. La segunda que se veían, hablando. La tercera o cuarta que ella lo había visto.
No era una situación cómoda. Rodeados de gente, en esta ciudad...
Ella hacía lo imposible por parecer lo contrario, por hacer de ese espacio algo distendido, por parecer natural.
Pero era difícil cuando lo miraba a los ojos. Se hacía pequeña, se encogía.
Hacía tiempo que no veía algo así. Ojos que sonríen, como los de los niños pequeñitos cuando están a gusto, juguetones.
Que desprenden calor, que casi parecen la misma boca del infierno.
Una de esas miradas que, acompañadas tan sólo del silencio, pueden hablar de todo lo que sienten y desean.
De esas que abrazarías por toda una eternidad, fuera del espacio y del tiempo.
Y en eso se quedó pensando durante días...
Quizás ahora podrías preguntarle por los temas que eligieron para su primera conversación sobria, y los recordaría vagamente.
Pero lo que nunca podría dejar de recordar es esa mirada.