Después de tantos y tantos días, el miedo te ha ganado este pulso.
Te ha llevado a un sitio en el que quizás no quieras estar.
A veces, este tipo de decisiones son las que te desmontan el corazón en dos pedazos, y las que desmontan otro corazón en mil y un pedacitos.
A veces, creemos que una decisión cruda puede cambiar el rumbo de nuestra vida y llevarnos por un camino mejor, en el que poder encontrarnos a nosotros mismos.
A veces, incluso tomamos una decisión en la que el corazón queda en un segundo plano.
A veces, sólo a veces, ese tipo de decisiones son las correctas.
Porque en el resto de los casos, son decisiones en las que pensarás día tras día, y te darás cuenta de que unas pocas palabras bastaron para no averiguar lo que podría haber sido...
Bastaron para no intentar encontrarte a tí mismo, dejando que esa persona estuviera a tu lado para descubrirlo...
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