miércoles, 10 de noviembre de 2010

Enfermos curados. Un sueño.

Sentado en una de las cuatro sillas del pasillo, expresión tímida, las manos entrecruzadas, la vista enfocando sus piernas…

-¿Qué tal “Enrique”?
-Bien, un poco nervioso.
-Bueno, no pasa nada. Ya verás como te gusta lo que hacemos aquí, además todos los compañeros son muy majos, a muchos ya los conoces. Se te pasará el tiempo volando.

Sonrisa de aceptación, y por fin levanta la vista.

Hay que ver lo que da de sí un taller de arte-terapia… Las relaciones humanas en su máximo esplendor, la complicidad, el compañerismo, la búsqueda de refugio…

Y, ¿el resultado? Inesperado.

Más aún cuando el entorno familiar no acompaña, ni la motivación, ni las demostraciones de cariño, ni las celebraciones de las pequeñas metas alcanzadas…

Todo esto teniendo en cuenta que mi “Enrique” tiene una enfermedad mental, además de retraso mental…puede ser una bomba.

“Enfermos curados. Un sueño”.

A mí no se me hubiese ocurrido mejor frase…

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