domingo, 25 de julio de 2010

El diario de Noah

Hay muchas formas de quererse, ¿sabes? Pero la suya era... total.
Un amor puro, increíble, alucinante.
Un amor especial como hay pocos. Y ellos lo sabían.
Todos los enamorados del mundo creen que su amor es único y distinto,
pero el de ellos si lo era.
Estaban hechos el uno para el otro, se tenían y deseaban fundirse en uno solo, cuando estaban juntos el tiempo se aceleraba, y cuando estaban separados se hacía eterno.
Cada beso, cada caricia, era un puro sentimiento desnudo.
Podían pasarse horas mirándose a los ojos y nada más, pero cuando se acariciaban,
se besaban... entonces... no hay palabras para describir esa emoción.

Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días.
Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común:
estaban locos el uno por el otro.

-Bien, pues vete ahora, vamos largo! Lárgate! Vete, vete! ... No, no espera, no estamos rompiendo en serio, ¿verdad? Ha sido sólo una pelea más y mañana será como si no hubiese pasado nada, ¿verdad?

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